Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Juan 4:24
Toda persona adora a algo, a alguien o reparte su adoración. Objetos, figuras humanas, seres humanos, etc. Muchas veces escuchamos: te adoro. Es de cariño, obviamente. Nos convertimos en lo que adoramos, porque vamos asimilando y vamos siendo como el objeto de nuestra adoración. Si adoramos a un ser humano: cónyuge, novio/a, hijo/a, ídolo musical, etc, poco a poco iremos adquiriendo su carácter. Si veneramos o adoramos una imagen (real o inmaterial) iremos tomando de su imagen para nuestras vidas.
Si comenzamos a adorar a Dios como Él dice que tiene que ser adorado, de la forma correcta, en espíritu y verdad, entonces progresivamente iremos teniendo Su carácter. Desde la creación, hasta la eternidad, Jesús es la meta. Tener Su carácter y mas. La santa Trinidad espera que le adoremos, como Dios.
No es con nuestra mente, ni emociones ni voluntad, principalmente. Estas están involucradas en la adoración. Pero Dios se comunica con el espíritu humano (que debiera estar fusionado con Su Espíritu, en el nuevo nacimiento). Y nuestra alma debe estar sujeta a nuestro espíritu, y nuestro espíritu al Espíritu Santo.
Tenemos que adorar al Señor no porque Él lo necesite. Dios no necesita algo, Él nada necesita de nosotros. Somos nosotros los que necesitamos de Él, de adorarle, para llegar a ser como Él es.
"Señor, ayúdanos a declarar con gran fe que todo esta sujeto y sometido a tu Espíritu, nuestra alma, nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro espíritu, para adorarte en Espíritu y verdad. Y de esta forma, Señor, vencer en vida nueva. En el nombre de Jesús. Amen"
Nos conviene adorar a Jesús. Es lo mejor. ¿A que o a quien/quienes adoramos?
Dios te bendiga.
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